¿Qué es la transición a una energía limpia?

Combustibles fósiles vs energías limpias (Fuente: IA)
Combustibles fósiles vs energías limpias (Fuente: IA)

La Organización de las Naciones Unidas prevé que la población mundial podría alcanzar los 8.500 millones de habitantes en 2030 y los 9.700 en 2050. Dos tercios de ellas vivirán en las ciudades y el nivel de vida se incrementará a medida que los países emergentes se vayan sumando a la clase media global.

Todo esto propiciará un aumento de la demanda energética a nivel mundial que no podrán satisfacer los combustibles fósiles ya que, en primer lugar, se estima que el petróoleo podría agotarse en los próximos 50 años y el gas natural dentro de 70 años y, en segundo lugar, porque la combustión de combustibles fósiles libera a la atmósfera gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global y el cambio climático, la principal amenaza a la que se está enfrentando la humanidad en el siglo XXI.

Como se ha indicado, la producción y utilización de energía son la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial y el motor principal del cambio climático. Por este motivo, países de todo el mundo están trabajando activamente en la transición a una energía limpia modificando sus mix energéticos para que de ellos formen parte fuentes de energía, llamadas limpias, que no emitan gases de fecto invernadero tal y como son la nuclear, la hidroeléctrica, la solar o la fotovoltaica.

El rumbo para una transición a energía limpia a nivel mundial se estableció en el Acuerdo de París (2015), un tratado inernacional entre más de 180 países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

El objetivo principal del acuedo es limitar el aumento de la temperatura media mundial para que quede muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales, fomentando el uso de fuentes de energía bajas en carbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Toda esta situación se agrava en aquellas comunidades vulnerables que carecen de acceso a fuentes de energía fiables y es que, según datos de la Organización de las Naciones Unidas, unos 685 millones de personas viven en al más absoluta oscuridad; más del 80% se encuentran en el África subsahariana.

Lo datos lo confirman, si se quiere luchar contra el cambio climático, hay que evitar depender tanto de los combustibles fósiles e invertir más en fuentes de energía alternativas que sean limpias, accesibles, asequibles económicamente, sostenibles y fiables. Asimismo, es necesario mejorar la eficiencia energética.

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