La desalación nuclear se diferencia de la convencional porque la fuente de energía procede de la fisión nuclear en un reactor, mientras que en una central térmica clásica el calor de la caldera se genera con la combustión de un combustible fósil.
Se han empleado combustibles fósiles (petróleo, carbón, lignito o gas natural) como fuente de energía primaria para el proceso de desalación. Sin embargo, el impacto medioambiental que provoca su utilización es severo y las emisiones gaseosas contribuyen al efecto invernadero, a la lluvia ácida y al impacto térmico sobre los cauces. Además, los residuos sólidos resultantes contribuyen a la contaminación del suelo.
Ante la evidencia del deterioro del medio ambiente, es necesario examinar la utilización de otras fuentes de energía menos contaminantes, como son: la hidráulica; la mareomotriz; la biomasa; la geotérmica; la eólica; la solar y la nuclear. El análisis de distintas fuentes de energía permite afirmar que entre las comparadas las que producen menor impacto ambiental son: las plantas hidroeléctricas pequeñas y el uso de la energía nuclear.
Los beneficios ambientales y de eficiencia de la desalinización nuclear son considerables:
Impacto ambiental reducido: La desalinización nuclear tiene un impacto ambiental menor en comparación con las plantas de desalinización convencionales que dependen de combustibles fósiles, ya que no emiten gases de efecto invernadero durante su operación.
Uso eficiente de la energía: Los reactores nucleares tienen una capacidad de generación de energía mucho mayor y más constante que las fuentes renovables intermitentes. Esto significa que pueden operar plantas de desalinización a gran escala de manera más eficiente y fiable.
Menor huella de carbono: Al no depender de combustibles fósiles, la desalinización nuclear contribuye a una menor huella de carbono en la producción de agua potable.
Integración con la producción de energía: La desalinización nuclear permite la cogeneración, donde el calor residual de la producción de energía se utiliza para el proceso de desalinización, lo que aumenta la eficiencia general del sistema.
Potencial de escalabilidad: La capacidad de los reactores nucleares para proporcionar grandes cantidades de energía hace que la desalinización nuclear sea escalable, lo que es beneficioso para regiones con una demanda de agua en rápido crecimiento.
Garantía de suministro: A diferencia de las fuentes renovables como la solar o eólica, la energía nuclear puede proporcionar una salida de energía continua, lo que es esencial para el funcionamiento ininterrumpido de las plantas de desalinización.
Reducción de costes a largo plazo: Las plantas de desalinización nuclear pueden ofrecer costoe operativos más bajos a largo plazo en comparación con ciertos métodos de desalinización convencionales que dependen de energías no renovables o procesos intensivos en energía.
Estos beneficios hacen que la desalinización nuclear sea una opción prometedora y económicamente viable para abordar la escasez de agua dulce con una menor repercusión en el medio ambiente.