Técnicas nucleares para proteger los humedales y preservar el ecosistema

Un humedal es una zona, de superficie generalmente plana, que está en un estado permanente o intermitente de inundación, dando lugar a un rico ecosistema híbrido de animales acuáticos y terrestres. Por lo que son fundamentales para el medio ambiente, porque mejoran la calidad del agua, previenen la erosión, almacenan carbono y preservan los cauces de los arroyos.

Los humedales albergan miles de especies de animales y plantas singulares, como por ejemplo el carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) del Pantanal, el humedal más grande del mundo que abarca casi 20 millones de hectáreas y se extiende a lo largo de Bolivia, Brasil y Paraguay.

En los últimos años, los humedales corren grave peligro por los incencios o debido a las actividades humanas, como el drenaje para crear terrenos agrícolas o el efecto del uso excesivo de las aguas subterráneas que los rodean.

De hecho, según la Secretaría del Convenio de Ramsar sobre los Humedales de Importancia Internacional (firmado en la ciudad iraní de Ramsar en 1971, cuenta con 154 países firmantes e incluye un listado de 1.641 humedales que abarcan una superficie total de 146 millones de hectáreas), desde 1970 la extensión de los humedales naturales se ha reducido en un 35 %.

Mediante técnicas isotópicas y con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, los científicos trabajan para ayudar a conservar y proteger estos importantes ecosistemas.

Los isótopos presentes en el medio ambiente ofrecen a los científicos un panorama único del origen, las interacciones y los tiempos de tránsito del agua, y permiten entender los procesos y flujos del agua en entornos cambiantes. Por ejemplo, gracias al oxígeno-18 los científicos pueden analizar el historial de los regímenes de lluvia. Con radisótopos naturales como el tritio y el carbono-14 y gases nobles, pueden calcular la edad de las aguas subterráneas y, mediante el radón-222, pueden estudiar las interacciones entre el agua subterránea y la superficial.

Los humedales se encuentran en zonas en las que hay descarga de aguas subterráneas y constituyen un punto de transición entre estas y el agua superficial. Al usar isótopos para entender el funcionamiento de los humedales, se pueden mejorar las prácticas de gestión del agua y preservar estos ecosistemas. Con el estudio de las interacciones entre el agua subterránea y la superficial se puede proteger los humedales calculando la cantidad de agua que se puede drenar y reponer en los sistemas de agua subterránea sin dañarlos.

Como ejemplo, en Sudáfrica, donde un 50 % de los humedales se ven amenazados por la erosión, la agricultura, la minería y otras actividades humanas, se usan técnicas isotópicas para estudiar las dinámicas de recarga del agua subterránea y su interacción con los sistemas de agua superficial para mejorar la preservación de los humedales.

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