Desinfección y limpieza de objetos históricos con técnicas nucleares

Desde el descubrimiento de la energía nuclear se han desarrollado muchas aplicaciones como la producción de electricidad, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, cuidado del medio ambiente, etc. aunque una de ellas es poco conocida y es el estudio, conservación, restauración y desinfección del patrimonio cultural, artístico o histórico.

En este artículo, nos centramos en la ciencia y tecnología nuclear aplicada a la desinfección y limpieza de obras y objetos históricos, no obstante, si quieres saber más sobre qué más se puede hacer, echa un vistazo a nuestro artículo: ¿Qué puede hacer la tecnología nuclear por el patrimonio artístico, cultural e histórico?

La conservación a largo plazo de objetos históricos únicos e irremplazables puede ser una tarea difícil, puesto que las condiciones inadecuadas de almacenamiento pueden hacer que, sobre la superficie o en el interior de los objetos, aparezcan bacterias, insectos u otros animales o también moho u otros hongos, lo que provoca el deterioro o la completa destrucción de los objetos.

Uso de radiaciones ionizantes

Mediante el uso de radiaciones ionizantes se pueden limpiar y desinfectar obras y objetos históricos afectados por distintos tipos de parásitos como plagas de insectos, bacterias patógenas, hongos, etc.

Para ello, con la ayuda de un dispositivo en particular, por ejemplo, los aceleardores de haces de electrones de alta energía, máquinas de rayos X o instalaciones de procesamiento de radiación gamma (el único irradiador gamma del mundo dedicado a la conservación del patrimonio lo tiene ARC-Nucleárt) que contienen fuentes radiactivas de cobalto-60 o cesio-137, se transfiere energía a los microorganismos residentes en el objeto a través de las radiaciones ionizantes, alterando su ADN sin afectar al resto.

Hay dos niveles distintos de dosis: una más baja para insectos (que tienen un ADN más complejo y susceptible de sufrir daños por radiación) y otra más elevada para moho.

Desinfección de objetos del patrimonio cultural en una instalación de irradiación gamma. (Fuente: A. Vargas/OIEA)
Desinfección de objetos del patrimonio cultural en una instalación de irradiación gamma. (Fuente: A. Vargas/OIEA)

Los tratamientos pueden durar varios días y alcanzar una dosis de 10 kGrays.

Momia del faraón egipcio Ramsés II (Fuente: ARC Nucléart)
Momia del faraón egipcio Ramsés II (Fuente: ARC Nucléart)

El primer ejemplo conocido de aplicar esta técnica, con radiación gamma, en 1977, a la momia del faraón egipcio Ramsés II con 3.200 años de antigüedad. Estaba infestado por unas 60 especies de hongos. Se le expuso a 18 kilograys.

Desde entonces se utiliza habitualmente y hay otros muchos casos como la neutralización de los gérmenes que estaban afectando a los tejidos blandos de Khoma, un mamut de 50.000 años que apareció congelado en el permafrost de Siberia, de los libros de la biblioteca del Palacio de la Paz en los Países Bajos, en las bobinas de película del Archvio Nacional de Cine de Rumanía o en iconostasios de madera de la sagrada vaivoda de la iglesia de Miguel y Gabriel en Rumanía.

Es importante recordar que los materiales tratados con radiaciones ionizantes no se vuelen radiactivos ni sufren daños. Los restauradores utilizan pequeñas dosis de radiación, limitada a un máximo de 10 kilograys, por lo que los objetos siguen siendo lso mismos, con la salvedad de que ahora sólo están desinfectados.

Ventajas de usar la irradiación frente a otros métodos

Normalmente, los expertos han empleado métodos químicos y físicos para desinfectar objetos culturales e históricos que comprenden sustancias tóxicas o tratamientos térmicos que pueden ser dañinos tanto para los objetos, los restauradores como el medio ambiente. Asimismo, tienen un alto coste y ninguno de ellos puede garantizar la plena erradiación de las plagas.

En comparación, aplicar técnicas de irradiación presenta varias ventajas:

  • La posibilidad de procesar en masa
  • Sin efectos de la temperatura
  • Sin mantener contacto físico con el objeto
  • No hay necesidad de utilizar más sustancias
  • No deja huellas.
  • No provocan daños en los materiales tratados.
  • Los riesgos se pueden reducir al mínimo llevando a cabo la descontaminación de la radiación en zonas bien protegidas con estrictas condiciones de seguridad.
  • No deja residuos

Existen técnicas nucleares que permiten combatir estos problemas. Mediante la impregnación con un monómero (una molécual pequeña) y posteriormente irradiarla con rayos gamma, es posible producir la consolidación de la obra mediante la polimerización (un agrupado químico de compuestos) a la vez que se eliminan los insectos contaminantes de la obra a través de la esterilización.

Si quieres saber más sobre las técnicas nucleares aplicadas a conservar el patrimonio cultural con ejemplos, puedes consultar esta publicación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) titulada: "Uses of Ionizing Radiation for Tangible Cultural Heritage Conservation"

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