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La energía eólica hace referencia a aquella tecnología y aquellas aplicaciones que aprovechan la energía cinética del viento, para convertirla en energía eléctrica o mecánica.
Así, se pueden distinguir dos tipos de instalaciones
Hay una amplia gama de aerogeneradores, pero los que demuestran mejores características de funcionamiento y mejor rendimiento son los aerogeneradores tripala, con potencias unitarias que oscilan entre los 600 kW y los 1.500 kW, siendo un mercado creciente, con novedades frecuentes.
Respecto a otros tipos de máquinas de eje horizontal, hay que destacar los molinos multipala, de 12 a 24 palas en el rotor, que permiten aprovechar vientos de velocidad más baja. Se suelen utilizar para el bombeo del agua.
Respecto a las máquinas de eje vertical, actualmente están en desuso.
Un parque eólico es un conjunto de aerogeneradores conectados entre sí a baja tensión que, mediante la acción del viento, transforman la energía cinética en energía eléctrica y que, después de ser transformada en alta tensión, se conectará a la red eléctrica.
Este tipo de instalaciones está produciendo electricidad que se vende a las compañías eléctricas.
La realización de parques eólicos exige emplazamientos, donde las características del viento cumplan una serie de condiciones respecto a la velocidad, la continuidad y la estabilidad.
Normalmente, son necesarias velocidades medias anuales del viento superiores a los 6,5 m/s.
La distribución y situación de los aerogeneradores en un parque eólico depende de la orografía del terreno y de las direcciones predominantes del viento en la zona.
Normalmente, los aerogeneradores se sitúan linealmente, siguiendo el perfil de la cima, y se orientan según las condiciones del viento.
La distancia entre aerogeneradores, aunque depende de la dirección del viento, se mantiene entre 2 y 3 veces el diámetro de las palas.
En las instalaciones de bombeo de agua, es habitual utilizar las aerobombas multipalas.
A partir del viento se genera energía mecánica que acciona la bomba de la instalación, que permitirá hacer ascender el agua hasta el depósito. Estas aerobombas funcionan a baja velocidad, por lo que pide contar con el máximo número de palas posible, normalmente entre 12 y 24.
Estas instalaciones son habituales en zonas rurales, y para consumos propios.