Wilhelm Conrad Roentgen, descubridor los rayos X y creador de una nueva profesión médica

Roentgen con sus padres

Wilhelm Conrad Röntgen​ (Lennep, 27 de marzo de 1845-Múnich, 10 de febrero de 1923).

Hijo de Friedrich Conrad (1801-1884) y Charlotte Constanze (1806-1888), nació en el pueblo alemán de Lennep el 27 de marzo de 1845. Cuando la revolución se expandió por Alemania, la familia se trasladó a los Países Bajos en 1848. Fue en Apeldoorn donde Wilhelm vivió la mayor parte de su infancia.

En 1862 se inscribió en la Escuela Técnica de Utrecht, yéndose a vivir a la casa del doctor Jan Willem Gunning, amigo de su padre, que fue quien despertó en el joven Wilhelm su fascinación por las ciencias naturales. Sin embargo, Roentgen no llegó a finalizar sus estudios secundarios (necesarios para ingresar en la universidad) ya que fue expulsado en 1863 al ser acusado de dibujar la caricatura de un profesor (acto que supuestamente realizó un compañero).

Asistiendo como oyente a la Universidad de Utrecht, Roentgen se enteró que la Polytechnikum en Zúrich admitía a estudiantes a través de un examen de ingreso sin exigir el certificado de finalización de los estudios secundarios. Gracias a ello pudo estudiar Ingeniería mecánica (Suiza, 1865-1869). Sin embargo, una vez que obtuvo la diplomatura, cambió de materia para el posgrado y se doctoró en Física en 1869. La influencia de August Kundt (1839-1894) fue decisiva, tanto que Roentgen siempre lo recordaría como la persona que lo había introducido en la física y le había disipado todas sus dudas respecto a su futuro.

El segundo gran amor de su vida

Roentgen y su esposa Anna Bertha

En Zúrich conoció a Anna Bertha Ludwing (1839-1919), hija del dueño de una taberna. La pareja se casó en Apeldoorn el 19 de enero de 1872 tras obtener la aprobación de los padres de él. Los padres de Bertha no fueron invitados a la boda por ser de un estrato social inferior al de la familia de Roentgen. Su matrimonio duró 47 años, hasta que Bertha falleció en 1919 después de padecer varias enfermedades crónicas.

En el laboratorio de Kundt

En el laboratorio de Kundt transcurrió el inicio de la carrera de Roentgen. En 1870, cuando acabó su tesis doctoral, siguió a su mentor a Würzburg donde instalaron un nuevo laboratorio. Sin embargo, dos años más tarde se trasladaron a Estransburgo, donde el Imperio alemán había fundado una universidad nacional de élite, que ofreció un puesto a Kundt.

En 1875, Wilhelm se fue a Hohenheim para ocupar una cátedra, ya que pudo obtener la “habilitación” (un título académico de estudios superiores en Alemania que permite aceptar una cátedra universitaria) y su certificado de docencia. Sin embargo, desilusionado en su puesto de profesor de Matemáticas y Física, se volvió a Estrasburgo un año después. Finalmente, en 1879, obtuvo su primer nombramiento como profesor titular en la Universidad de Ludwig en Giessen.

El investigador solitario

Roentgen tuvo su propio instituto de investigación durante su época de profesor en Giessen (1879-1888). En poco tiempo se ganó la fama de excelente investigador y profesor exigente, pero en aquel tiempo la física experimental no era más que una ciencia secundaria y eran pocos los estudiantes que asistían a las prácticas en el laboratorio.

En esta etapa de su vida llevó a cabo ciertos descubrimientos significativos como la convección dieléctrica, que fue una pieza fundamental para la teoría del electromagnetismo que estaba surgiendo en esos momentos.

En 1888 lo convocaron de Würzburg. El cambio fue recibido como favorable ya que tenía un mayor número de estudiantes (y por tanto mayores honorarios) y además el edificio se adecuaba a su trabajo como investigador por la ausencia de vibraciones.

Roentgen era un físico peculiar al que no le agradaban las largas conferencias ni convenciones científicas. De hecho, en esa época, sus publicaciones apenas tuvieron gran aceptación y sus colegas llegaron a acusarlo de no tener creatividad.

La revelación de una noche: el descubrimiento de los rayos

“No había revelado nada a nadie sobre mi trabajo. Le dije a mi mujer que estaba haciendo algo que haría que la gente, cuando se enterara, dijera: `Roentgen ha perdido la cabeza´”, le contó Wilhelm a Ludwig Zehnder el 15 de enero de 1896.

Mano Anna Bertha

Hay muchas incógnitas respecto a lo que ocurrió la noche del descubrimiento, entre otras cosas, porque Roentgen mandó quemar parte de sus pertenencias después de su muerte. Probablemente, mientras experimentaba con los rayos catódicos, Wilhelm vio accidentalmente la misteriosa luminiscencia de un papel pintado con una sustancia fluorescente sensible a la luz (platinocianuro de bario). Supo que había topado con algo totalmente nuevo y dedicó los siguientes días y noches a investigar las propiedades de esos rayos. Advirtió que los rayos podían penetrar casi todo, incluida la mano de su esposa, pero no los huesos (que dejaban una sombra sobre una placa fotosensible). Los resultados de su investigación se publicaron en el artículo “Sobre una nueva clase de rayos”.

De la noche a la mañana a Roentgen le sobrevivo la popularidad, le llovían premios, honores y pedidos. Este hecho dificultaba su trabajo en el laboratorio por lo que acabó aislándose no solo del público sino también de sus colegas.

Roentgen alcanzó el cénit de su carrera con el ofrecimiento de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich en 1900 y con el reconocimiento del Premio Nobel en 1901. Sin embargo, la discusión sobre quién descubrió realmente los rayos X lo persiguió el resto de su vida ya que muchos investigadores reclamaron su autoría alegando que dichos rayos habían existido desde siempre y que Roentgen simplemente fue quién los percibió por primera vez.

Soledad y muerte

Tumba de Roentgen en Giessen

En 1915 murió el biólogo Theodor Boveri, buen amigo de Roentgen y en 1919 falleció su esposa. En aquellos años fue cuando se retiró de la docencia y se dedicó a pensar en su última voluntad y testamento. Así, estipuló que sus notas y documentos debían ser quedamos tras su muerte y tanto sus publicaciones científicas como la medalla del Premio Nobel debían ser legadas a la Universidad de Würzburg. Roentgen falleció en 1923, en Múnich, a los 78 años de edad.

Una sola profesión, diferentes culturas científicas

Desde el primer año del descubrimiento de los rayos X, los especialistas médicos comenzaron a usarlos adquiriendo los equipos con sus propios recursos y convirtiendo los sótanos de los hospitales en salas de radiología.

Primer examen radiológico, 1896

El primer departamento de la especialidad se creó en Glasgow en 1896. Los dispositivos empleados por aquel entonces eran muy simples. Los tubos de rayos X se montaban sobre un soporte mientras que los pacientes permanecían sentados en sillas sosteniendo las placas de foto contra su propio cuerpo. Fue después de la Primera Guerra Mundial cuando la tecnología fue adquiriendo un ritmo más acelerado y la radiología fue ganando un sitio dentro de la ciencia. Así, asistimos a la creación de una nueva especialidad profesional independiente. Al principio, el radiólogo cumplía diversas funciones: médico, asistente, fotógrafo, mecánico, archivador y encargado de registros, para posteriormente crearse distintas figuras con especializaciones diferentes.

La Primera Guerra Mundial marcó un hito en la primera fase de la experimentación radiológico puesto que millones de soldados heridos y mutilados contribuyeron a extender el uso de los rayos X. Quedó de esta forma demostrada la importancia social de la joven profesión y su tecnología siendo favorecida en el mundo civil por la difusión de los seguros de salud que cubrían los costes de las radiografías.

Primeros éxitos de una nueva disciplina

Primera radiografía de tórax, 1896

A lo largo del primer año después del descubrimiento se escribieron un total de 49 libros y documentos y 1044 ensayos sobre aspectos científicos y posibles aplicaciones de los rayos.

En principio, la aplicación de los rayos X se limitó a la descripción de la estructura ósea de las extremidades, pasando a la detección de numerosas alteraciones anatómicas y enfermedades de los huesos de gran importancia para el manejo quirúrgico.

Primeras radiografías dentales

El escocés John Macintyre (1857-1923) fue quien realizó la primera radiografía del tórax in situ. Con un tiempo de exposición de 60 minutos y radiografías bastante borrosas, el diagnóstico se basaba en detalles como la forma y el tamaño del corazón, la posición del diafragma, las sombras provocadas por el líquido pleural o la translucidez del neumotórax.

En relación al uso de contrastes, los primeros intentos fueron realizados por Eduard Haschek y Otto Lindenthal en Viena. Utilizaron una mezcla de cal, mercurio y petróleo para tomar una radiografía de los vasos sanguíneos de una mano amputada.

En julio de 1896 el urólogo John Macintyre logró tomar una radiografía de un cálculo renal. En el área ginecológica, el obstetra norteamericano Edward Parker Davis consiguió la primera placa al poner el cráneo de un feto dentro de la pelvis de un cadáver femenino con un tiempo de exposición de una hora y media. Otto Walkhoff y Friedrich Giesel realizaron la primera radiografía dental en Braunschweig, Alemania. Por su parte, el dermatólogo Leopold Freund fue el primero en realizar radioterapia, en Viena. La paciente fue una niña con un gran lunar en cuello y espalda. Sin embargo, después de 10 días recibiendo radiaciones diarias, le aparecieron lesiones cutáneas y desarrolló una necrosis central.

La radiología en la actualidad

Los progresos en este área han sido el resultado de una fructífera interacción entre las ciencias básicas, la medicina clínica y los fabricantes. Contamos con radiología intervencionista, ecografías, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y resonancias por emisión de positrones. El tradicional medio de contraste ha sido reemplazado por agentes modernos y la película radiográfica por imagen digital.

Primera tomografía computada, 1972

La introducción de la tomografía por emisión de positrones y las técnicas de imagen molecular han generado grandes avances, que desempeñarán un gran papel en el futuro cuando se evalúen las alteraciones funcionales y patológicas observadas en los tejidos.

El modo de trabajo de los radiólogos también ha cambiado durante estos últimos años. El mayor compromiso clínico y el abordaje multidisciplinario están produciendo mejores resultados y una mejor atención al paciente. Los radiólogos están desempeñando en la actualidad un papel central en el manejo y tratamiento de determinadas enfermedades.

Fuente: U. Busch

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