Carlo Perrier, codescubridor del tecnecio

7 de julio de 1886 (Turín, Italia) - 22 de mayo de 1948 (Génova, Italia)

Cursó sus estudios en química en el Politécnico de Turín obteniendo su título en 1908 y doctorándose más tarde en la Universidad de Turín.

Después de trabajar un año en el Laboratorio de Química Física y Electroquímica de la ETH de Zúrich, con Baur y Treadwell, pasó a desempeñar el puesto de asistente de Arnaldo Puitti en la Universidad de Nápoles. Allí entabló amistad con Ferruccio Zambonini y se volcó cada vez más en la mineralogía junto al estudio de la radiactividad.

Posteriormente fue asistente de Zambonini en Turín, pasando a ocupar, en 1921, el puesto de director del Laboratorio Estatal de Geoquímica en Roma después de un concurso. En 1927, posteriormente a otro concurso, se convirtió en profesor asociado en Messina. Dos años después se trasladó a Palermo.

En 1937, en la Universidad de Palermo, Carlo Perrier junto a Emilio Gino Segrè, descubrieron el tecnecio, en paricular el isótopo 97 del tecnecio, llenando así el último vacío de la tabla periódica que tanto tiempo se buscaba. Se trataba del primer elemento producido artificialmente, de ahí su nombre. Encontraron el tecnecio en una muestra de molibdeno que había sido bombardeada con deuterones (iones de hidrógeno pesado) en el ciclotrón de la Universidad Berkeley.

Desde 1939 ejerció como profesor de mineralogía en la universidad de Génova, siendo jefe del Instituto de Mineralogía hasta su muerte.

En su honor recibió el nombre de "perrierita" un mineral encontrado en Nettuno (Lazio), un silicato de tierras raras, hierro, manganeso y titanio.

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