La radiactividad que "alumbra" diagnósticos

10/12/2018
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La Unidad Central de Radiofarmacia prepara y envía cada día más de cien dosis personalizadas para pruebas de gammagrafía y terapias en toda la sanidad gallega

En la nave de la Unidad Central de Radiofarmacia de Galicia, en el parque empresarial de Ordes, la actividad empieza a las cuatro de la mañana. Entre las seis y las siete deben salir las primeras remesas de jeringas de radiofármacos —precargadas y blindadas— para las pruebas diagnósticas y los tratamientos programados por los hospitales cada día. Al mediodía parte una segunda expedición regular, completando los suministros encargados por los ocho centros sanitarios de la Comunidad —cinco públicos y tres privados— con equipos para gammagrafía instalados. En 2017 se enviaron desde estas instalaciones 36.104 monodosis de radiofármacos (un 4,6% más que en el ejercicio previo) y este año ya han sido 30.500 las entregadas hasta finales de octubre. A un ritmo promedio de 120-150 diarias, apunta Ximo Castillo, radiofarmacéutico responsable de la unidad, el ejercicio terminará previsiblemente en el entorno de las 36.500.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los radiofármacos, compuestos por al menos un radionucleido y una molécula ligante que cumplirá la función de dirigir el elemento activo hasta el área del organismo deseada en cada caso, son necesarios para la práctica de pruebas de imagen con gammacámara. La gammagrafía es una exploración en alza (en 2016 se realizaron 16.013 y el año pasado la cifra subió hasta las 17.704). Con menores niveles de radiación que pruebas radiológicas como el TC y en umbrales similares o levemente superiores a los de una radiografía convencional de tórax, las gammacámaras (preparadas para detectar los rayos gamma emitidos por los isótopos en desintegración inyectados al paciente) permiten a la medicina monitorizar desde el exterior el funcionamiento de órganos y tejidos antes incluso de que las disfunciones se manifiesten en alteraciones estructurales, anticipando así la detección de enfermedades.

Alrededor del 30% de las gammagrafías practicadas en los servicios de Medicina Nuclear se corresponden con estudios óseos ante sospechas de enfermedades graves (metástasis ósea en enfermos oncológicos) o benignas (muchos dolores articulares en pacientes pediátricos), pero las imágenes obtenidas a partir de la radiación gamma también son cruciales en la valoración de urgencias médicas —es la prueba base para el embolismo pulmonar—, por lo que la Unidad Central de Radiofarmacia funciona de modo ininterrumpido, con expediciones extraordinarias ante demandas específicas de los hospitales. «El viernes pasado —ejemplifica Castillo— nos llamaron de un hospital para solicitar un radiofármaco de perfusión cerebral para confirmar una muerte cerebral para donación de órganos».