27 de agosto de 1875 – Paul E. Lecoq de Boisbaudran descubre el galio

Paul Émile Lecoq de Boisbaudran descubre, mediante espectroscopia, el galio (Ga), el elemento número 31 de la tabla periódica, al examinar una blenda de zinc y aparecer dos líneas ultravioletas, una característica espectral de este elemeto. Ese mismo año, lo aisló por electrólisis del hidróxido en una solución de hidróxido potásico (KOH) y le dio el nombre de su país natal Gallia aunque su existencia había sido pronosticada en 1871 por Mendeleev, quien lo llamó eka-aluminio.

El galio, un metal blando, grisáceo en estado líquido que adquiere una tonalidad plateada cuando se solidifica, se utiliza para la construcción de circuitos integrados y en la fabricación de espejos, vidrio y cerámicos. Como curiosidad, el galio se funde a temperaturas cercanas a la del ambiente e incluso, en ocasiones cuando se sostiene en la mano por debajo de su punto de fusión (28,56°C).Galio puede fundirse en las manos

En un artículo publicado dos años después en Annales de Chimie, Lecoq de Boisbaudran señaló que su investigación había comenzado en realidad 15 años antes, aunque carecía de recursos para llevarla a cabo.

En 1879, fue galardonado con la medalla Davy de la Royal Society por su descubrimiento.

Lecoq descubrió posteriormente, utilizando el mismo procedimiento, el samario (1880) y el disprosio (1886).

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