18 de mayo de 1817, en Albis (Rumania) – 17 de diciembre de 1895, en Vértes (Hungría)
Tras unas exhaustivas investigaciones consiguió mezclar fósforo con dióxido de plomo, en lugar de utilizar clorato de potasio, tal y como se estaba haciendo hasta ese momento, inventando así un fósforo silencioso y no explosivo.
Lo patentó el 24 de octubre de 1836 y vendió su invento a un fabricante de fósforos. No obstante, después de estudiar en Berlín (Alemania), regresó a su país natal y fundó las primeras fábricas de fósforos en la ciudad de Pest (en la actual Budapest).
Además, publicó varios artículos sobre Química y un libro de texto para escuelas titulado “The Elements of Chemistry”.
En 1848, jugó un papel relevante en la revolución, dirigiendo la fabricación de armas y pólvora y supervisando las fábricas húngaras. Al final, la revolución fracasó y Irinyi acabó prisionero. Tras salir de la cárcel, se retiró de la política y se dedicó totalmente a la ciencia.
Se le conoce por ser el inventor de las cerillas, pero también fue uno de los primeros en difundir el conocimiento general sobre la química e influir en el desarrollo del lenguaje químico en su país.