Con unos pocos accesorios en el hogar y gracias a la conexión wifi en casa se puede lograr una gestión más eficiente del consumo.
Ya ha llegado el frío y, con él, las rutinas en casa para mantener una temperatura de confort, como encender la calefacción y los clásicos consejos de sentido común, como no ventilar en exceso las habitaciones o asegurarse que el aislamiento de puertas y ventanas es total. Sin embargo, en el grueso de los hogares sigue siendo la acción humana la que determina cómo gestionar la energía. Es decir, que la calefacción se enciende cuando tenemos frío y se apaga cuando ya hace suficiente calor ¿Por qué no permitir que sea la tecnología la que gestione de una manera más eficiente los recursos del hogar? Lo primero que a uno le puede venir a la cabeza es la palabra “domótica”, pero lo cierto es que este término ha estado casi siempre relacionado con instalaciones costosas al alcance de unos pocos bolsillos. Sin embargo, con la eclosión de los teléfonos inteligentes y los diferentes servicios en web, la domótica está ya al alcance de prácticamente todas las economías. De hecho, con unos pocos accesorios en el hogar y gracias a la conexión Wifi en casa, se puede lograr una gestión más eficiente del consumo, tanto eléctrico como de gas. ¿Cómo conseguirlo?
Dése de alta en IFTTT: ¿Por qué se enciende la calefacción en casa todos los días a la misma hora aunque no haya nadie en el domicilio? ¿Por qué no encenderla cuando volvamos del trabajo para que esté el hogar caldeado al llegar? El conocido servicio IFTTT permite crear una serie de reglas que, combinadas con el móvil, permitan automatizar procesos como encender la calefacción cuando estemos llegando a casa o apagarla cuando nos alejemos de la misma. El smartphone ‘chivará’ nuestra posición al servicio que ejecutará la orden que hayamos creado previamente.
Anticípese al frío: precisamente se trata de una de las reglas más utilizadas en IFTTT, y consiste en recibir un correo electrónico o SMS la víspera de una caída brusca de las temperaturas ¿Por qué puede ser interesante anticiparse al frío? Porque de esta manera podremos adelantarnos bajando persianas y asegurándonos que no queda nada mal cerrado.
Control sobre la calefacción: hasta este punto, únicamente hemos actuado como elementos pasivos sin intervenir directamente en la calefacción o ventanas, pero por fortuna la domótica se ha democratizado gracias a empresa como la española Wattio, que apuesta fuerte en este terreno con un completo catálogo de kits para automatizar procesos con una inversión mínima. Así, el usuario podrá sustituir el termostato por uno inteligente de la firma y de esta manera, crear reglas en IFTTT como el encendido de la calefacción al llegar a casa o apagarla si nos alejamos de un radio. En la últimaactualización del software de su sistema permite, además, que pueda ser instalado en cualquier tipo de calefacción.
Apagando luces y conexiones innecesarias: se ha hablado mucho del conocido como consumo vampiro, o aquel producido por todos aquellos equipos en stand by o a la espera de ser activados. Hasta la fecha, se recomendaba desenchufar físicamente todos aquellos equipos que no se estuvieran usando en ese momento, pero en la práctica esto resulta muy incómodo y no se aplica con rigor ¿Y si se pudiera automatizar? Nuevamente, gracias a la creación de reglas de IFTTT y con interruptores inalámbricos como el de WeMo, podemos programar el apagado general por la noche de todos estos equipos, y por supuesto, cuando salgamos de casa. Aquí lo ideal es adquirir una regleta y agrupar los diferentes equipos en torno a un interruptor remoto. Menos inversión y menos reglas.
¿Se abre una ventana? Se apaga la calefacción: es algo que probablemente haya visto ya en algunos hoteles. Al abrir la puerta o ventana se apaga la calefacción o el aire acondicionado. Un gesto que puede parecer menor pero al cabo de los meses puede suponer un ahorro a considerar en la factura energética. Nuevamente Wattio nos ofrece una alternativa: colocar sensores en aquellas puertas y ventanas que al abrirse puedan incidir especialmente en la temperatura del hogar. Con ellos y mediante reglas, se podrá evitar que, por ejemplo, la calefacción se encienda si nos hemos dejado una ventana abierta.
Calefacción encendida al despertar: lo realmente interesante de estas soluciones es que además de ser útiles, se convierten en un auténtico juego para el usuario que además no conoce límites. Así, si uno no se despierta regularmente a la misma hora, puede optar por aprovechar la sinergia de los sistemas empleando también una pulsera deportiva: así, con una pulsera Fitbit en la muñeca que detecte el movimiento de nuestro cuerpo cuando va despertando poco a poco para encender la calefacción, o si lo prefiere, preparar un café calentito.