Sabemos que hace 450 millones de años ocurrió algo muy grave en la Tierra, porque se produjo la segunda mayor extinción masiva de todos los tiempos: a lo largo de un periodo desconocido, desaparecieron el 85 por ciento de las especies de animales que vivían por entonces, muy por encima de los graves efectos que tuvo el impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios. Fue la llamada extinción del Ordovícico.
La explicación mayoritaria dice que esto ocurrió a causa de un cambio climático que enfrío la Tierra, que cubrió de hielo los mares y que trastocó la química de los océanos más rápido de lo que los animales pudieron tolerar. Pero en 2003, científicos de la NASA propusieron que la muerte pudo llegar de la oscuridad del espacio, en la forma de un colosal estallido de rayos gamma («Gamma ray burst» en inglés), un barrido de radiación de alta energía proveniente de agujeros negros.
¿Podrían acabar estos estallidos de rayos gamma con la vida en la Tierra? Desde luego tienen energía como para hacerlo: Son las explosiones más potentes que ocurren en el Universo desde que pasó el Big Bang, según la NASA. Se producen en forma de rápidos destellos, que duran apenas unos milisegundos o unos cientos de segundos, y liberan en un instante toda la energía que una estrella puede liberar en miles de millones de años. En el proceso, desprenden una gran cantidad de energía en forma de rayos gamma, un tipo de radiación electromagnética muy potente.
Los científicos aún no están seguros acerca de por qué se producen, pero se sospecha que están relacionados con la formación de agujeros negros tras las explosiones de supernovas que ocurren después de la muerte de las estrellas. Los estallidos más breves, podrían estar relacionados con la colisión de estrellas de neutrones.
En todo caso, se originan cuando en torno a un agujero negro se forma un disco de gas en rotación. Entonces, aparece un potente campo magnético queencauza dos jets de gas caliente hacia el espacio, en direcciones opuestas, a casi la velocidad de la luz. Pues bien, esos chorros emiten los estallidos de rayos gamma.
Se calcula que cada día se produce un estallido de rayos gamma en el Universo, y uno cada mil años en la Vía Láctea. Se considera que pueden ocurrir en cualquier lugar, de forma que viajan por el espacio en todas direcciones. Por fortuna, estos rayos gamma normalmente se originan fuera de la Vía Láctea, de forma que se debilitan y son frenados sin problemas por la capa de ozono de la Tierra, y es raro que viajen en dirección a nuestro planeta. Por eso, sus efectos nunca se perciben. Al menos en teoría.
La gran extinción
Pero hace 450 millones de años, hay científicos que creen que una potente erupción de rayos gamma producida en la «vecindad» de la Vía Láctea, a unos 6.000 años luz de distancia, barrió la Tierra. Un estallido potente y tan cercano habría tenido una anchura de varios años luz, y podría barrer todo el Sistema Solar como un maremoto.
El problema es que la radiación gamma rompe las moléculas de nitrógeno de la atmósfera y las hace reaccionar con oxígeno para formar óxido nítrico, un potente agente destructor del ozono. Por eso, según predicen los modelos, un estallido así solo habría necesitado 10 segundos para destruir la mitad de la capa de ozono del planeta Tierra.
Zona más sensible a los daños en el ADN de los seres vivos, a causa de la desaparición de la capa de ozono por culpa de un estallido de rayos gamma- NASA
Un daño de esta magnitud habría sido irreversible durante cinco años, un largo periodo de tiempo en el que las radiaciones más dañinas del Sol, las ultravioletas, no habrían sido amortiguadas por la atmósfera. Esto habría afectado a los seres vivos que hubiera en la superficie y en especial a las criaturas marinas que viven en las capas más superficiales de los mares, y que captan la luz a través de la fotosíntesis; es el llamado fitoplancton, la base de la cadena alimenticia de los océanos. Por eso, el resultado final de un evento así habría sido una extinción masiva y global de los seres vivos.
Con todo, aún no se ha podido demostrar que algo así ocurriera. Entre otras cosas, es posible que el estallido ocurriera a la vez que un cambio climático global. Pero entre el número inabarcable de estrellas del Universo, muchos científicos creen que es más que probable que un rayo gamma formado hace miles de millones de años esté en camino hacia la Tierra. Y como este viajaría a la velocidad de la luz, lo cierto es que solo se sabría demasiado tarde, justo en el mismo momento en que este rayo impactara contra el planeta.
Destructor de extraterrestres
Este tipo de eventos puede afectar a la Tierra y también a cualquier otro planeta del Universo. Por eso, resulta muy interesante para los biólogos interesados en buscar vida extraterrestre. Recientemente un artículo publicado en la revista «Astrobiology», analizaba qué pasaría si uno de estos estallidos arrasara la capa de ozono.
Lo paradójico es que los rayos gamma que destruyen la capa de ozono en las capas medias de la atmósfera, a nivel de suelo rompen el oxígeno y crean ozono. Lo negativo es que este gas que puede llegar a ser tóxico a bajas concentraciones.
Según ha concluido una investigación dirigida por el astrofísico Brian Thomas, de la «Washburn University», en el peor escenario posible el ozono así producido no llegaría a ser un peligro para la vida, porque no alcanzaría los niveles necesarios para provocar el fallo respiratorio de humanos, para dañar a plantas o para matar al plancton.
La existencia de rayos cósmicos no indica que la vida en la Tierra vaya a desaparecer de forma inminente. Se trata de eventos raros que solo son una amenaza si ocurren cerca y están dirigidos hacia nosotros. Pero al margen de esto, ¿qué papel tienen en los planetas del Universo? Investigadores sugirieron, que a causa de los estallidos de rayos gamma solo el 10 por ciento de las galaxias es adecuada para formas de vida similares a las terrestres.
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