Hidrógeno, la energía que nos rodea

04/12/2018
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A principios del siglo XX, la humanidad cumplió el sueño de volar. Por un lado, los hermanos Wright inventaron el avión. Por el otro, dirigibles como el de Ferdinand von Zeppelin mejoraban la maniobrabilidad de los globos aerostáticos.

Si actualmente viajamos en avión y no en zepelín es porque hay mucho menos riesgo de incendios y explosiones.

¿Por qué quemaban con tanta facilidad los dirigibles? Pues porque se inflaban con el elemento más abundante del universo: el hidrógeno. Este elemento tiene un gran poder calorífico, ¡mucho más que la gasolina!

Utilizar hidrógeno es un inconveniente si queremos evitar explosiones, pero supone una gran ventaja como fuente de energía.

A diferencia del petróleo y el carbón, hay hidrógeno en todas partes. Pero este elemento nunca está solo: debemos extraerlo de otros compuestos, aunque pueden ser tan normales como el agua ( H2O, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno).

Hacerlo es tan fácil como llenar un recipiente con agua, añadirle un poco de sal y sumergir dos electrodos conectados a una pila. Al circular la corriente veremos unas burbujitas: hidrógeno y oxígeno separándose

 

¿Y a gran escala?

Como sucede con las fuentes de energía tradicionales, la combustión es la principal manera de aprovechar el hidrógeno. Extraerlo a gran escala sería sencillo: el mar es una gran fuente de agua con sal. Para separar el hidrógeno tendríamos suficiente con aerogeneradores.

Pero también podemos mezclar el hidrógeno con gases como el CO2 que liberan los coches: de esta combinación surge el metano, otro gas muy eficaz como combustible. La contaminación resultante es más CO2 que podemos volver a reutilizar.

 

El futuro de la energía nuclear

Existen dos maneras de obtener energía a partir de los átomos: fisión y fusión.

En la fisión, la que se utiliza actualmente, se rompen los átomos de elementos muy pesados, como el uranio-235. Esa separación produce una reacción en cadena que libera mucha energía.

La fusión persigue el mismo objetivo haciendo lo contrario: aprovechar la energía generada de unir los átomos de elementos muy ligeros.

Aquí es donde entra el hidrógeno, el elemento de menor peso atómico. La energía del Sol proviene precisamente de esta fusión nuclear. El mayor obstáculo es alcanzar la temperatura necesaria aquí en la Tierra.

 

En casa, ¿podremos usar hidrógeno?

A nivel doméstico, podríamos usar bombonas de hidrógeno. Junto al oxígeno ambiente, generarían electricidad y el único residuo resultante sería agua.

Pero el problema es el mismo que con los dirigibles de Von Zeppelin: es peligroso tener un material tan explosivo en casa. También distribuirlo.

Donde se ha empezado a usar con éxito el hidrógeno es en la automoción: ya circulan coches que funcionan con una pila de hidrógeno.