28 de junio de 1906 - Nacía María Goeppert-Mayer, la segunda mujer en recibir un Premio Nobel de Física

Fue la segunda mujer en ganar el premio Nobel de Física (la primera fue Marie Curie) por su investigación en física nuclear.

Estudió matemáticas en la Universidad de Gottingen. No le duró mucho ya que ese mismo año, el físico teórico Max Born la invitó a unirse a un seminario de física, lo que provocó un cambio en su orientación. Prefirió resolver problemas físicos (de la naturaleza) que matemáticos (creados por los hombres). Por esos años Born participaba en la base de una revolución científica, la Mecánica Cuántica. La formación de Goeppert le ayudó en la comprensión de los conceptos matemáticos ligados a esta disciplina. Eligió a Born como su director de tesis. El tema fue el proceso de fotones doble. Calculó la probabilidad de que un electrón orbitando el núcleo de un átomo emitiera dos fotones de luz al saltar a una órbita más cercana al núcleo. Sus cálculos se pudieron confirmar de forma experimental en 1961, tras la invención del rayo láser.

Aunque Goeppert-Mayer tuviera toda la formación para impartir clases en la universidad, la llamada “regla contra nepotismo” (prohibía contratar a familiares de profesores en las Universidades), le impidió hacerlo (al ser esposa de profesor), por lo que tuvo que conformarse con una oficina y trabajar a tiempo parcial sin percibir un salario durante años en el departamento de física de la universidad.

En este laboratorio nacional, Goeppert-Mayer, realizó el trabajo que le valió el premio Nobel de Física. Cuando llegó a Chicago, no tenía experiencia en física nuclear y por influencia de su amigo Enrico Fermi, empezó a estudiar física nuclear. Trabajó con Edward Teller para determinar el origen de los elementos.

Las investigaciones les llevaron a establecer la teoría de los niveles nucleares. Esto es: el núcleo del átomo está formado por capas. Cuanta más saturación haya en las capas más estables será el núcleo y por lo tanto, el elemento. Aquellos núcleos con 2, 8, 20, 28, 50, 82, o 126 protones o neutrones eran particularmente estables. A estos números se les llamó “números mágicos”. Goeppert-Mayer hizo que dejaran de ser mágicos, ya que ella desarrolló la teoría spin-órbita del núcleo. Es decir: aplicó la misma teoría a los nucleones que a los electrones.

En 1960, a María Goeppert-Mayer se le ofreció un puesto a jornada completa como catedrática de Física de la Universidad de California, en San Diego. Era el primer trabajo reconocido y remunerado que conseguía. Tenía 54 años.

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